El cáncer de ovario, a diferencia de otros tumores como los de mama, o colon que si han incrementado la supervivencia de manera notable, no ha mejorado el periodo de sobrevivencia en los últimos 40 años, y esto en gran parte se debe a un diagnóstico tardío debido a la confusión de síntomas con otras afecciones. Generalmente cuando se le encuentra, ya está en un grado avanzado. Como cáncer de ovario se le conoce a diferentes tipos y subtipos que se clasifican de acuerdo a criterios histológicos (sobre el origen de su formación a partir de tejidos) y genéticos.
Se ha confirmado el papel que juega el receptor CXCR4 en la metástasis de ovario, mientras más agresivo sea el cáncer ovárico más son el resultado de expresiones de nivel más alto del receptor celular CXCR4, que da lugar a que las células tumorales migren hacia otros tejidos (metástasis), y esto mediante la inducción de un proceso en donde las células tumorales mutan a una forma más plana y de fácil movimiento (epitelial a meséquima). La buena noticia es que hay compuesto capaces de bloquear la función del receptor CXCR4, e inhibir su actividad. Por ello tras un estudio sobre la expresión positiva del receptor CXCR4 se puede seguir una línea de tratamientos dirigidos a bloquear su efecto metastásico y con ello evitar la proliferación de tumores en otros tejidos
En la foto : tejido de cáncer ovárico con tinción para el receptor CXCR4 (en color café) Imágen: Agnès Figuerasy Francesc Viñals